JOSU FEIJOO

Esta expedición al Mckinley, la realice con mi compañero de escalada Jon Goikoetxea.
Fue en el año 2.005.

El Mckinley o Denaly, preciosa montaña de 6.194 metros de altura, situada en Alaska, USA, es una de las experiencias mas bonitas que he vivido en mi vida, aunque no era mi primera vez en USA.

Años antes, concretamente en el año 1.997 junto con mi amigo Jesús Antonio Leria, visite Estados Unidos, en particular los Estados de Colorado, Arizona, Utah y Nuevo México.
Visite el Gran Cañón, Nacional Park, baje hasta el curso del rió Colorado, (dos mil metros de desnivel, andando), escale en Boulder (cuna de la escalada libre) y en las montañas rocosas de Colorado.
Cerca de Aspen (colorado) escale el Plata Peak de 4.045 metros de altura, mi primera cima en América de Norte.
Por lo tanto las montañas en América del Norte no me eran del todo desconocidas, pero ahora nos enfrentábamos a la más alta de los Estados Unidos, el mítico Mckinley.
Salimos de Vitoria un día 22 de mayo de 2.005.
Nos acompaña Carlos, un montañero muy fuerte y buena persona.
Ha estado en la cima del Everest en el año 2.000, por su cara norte, en una expedición que yo dirigí.
Primero fuimos a Anchorange, Alaska, donde pasamos dos días, primero para ajustarnos a la diferencia horaria y luego en un coche de alquiler fuimos hasta Talkeetna.
Hay pasamos dos días y el tercer día en una preciosa avioneta volamos hasta el glaciar de Kahiltna.
A última hora se apuntan con nosotros la novia de Jon, Joanna, (todo un placer) Unay y Manu, amigos de Jon y Borja Pascual, colega mío.
La avioneta aterriza en el glaciar y un responsable del parque nos viene a saludar, le mostramos el permiso que nos han dado los ranger y nos dan a cambio nuestros trineos.
Estos son muy inestables, nada que ver con las pulkas o trineos que se usan en las expediciones árticas y antárticas.
El Mckinley es una montaña exigente y muy fría.
Los 40 primeros kilómetros, (aproximadamente) se recorren arrastrando el trineo, y claro siempre cuesta arriba.
Vamos con esquís de travesía.
Nos lo queremos tomar con calma, así aclimatamos mejor.
La avioneta nos deja en el inicio del glaciar, estamos a 2.100 metros de altura, el vuelo ha sido de alucine, pasas muy cerca de la arista de muchas cimas jamás escaladas, el aterrizaje sobre patines es delicado.
Nuestros trineos van muy cargados, avanzar es lento, pero el paisaje es de una belleza increíble.
A las 5 horas de avanzar paramos a descansar, montar las tiendas y prepararnos para pasar la primera noche, estamos a 2.900 metros de altura y aquí, debido a la latitud que nos encontramos, 63º Norte, no hay noche absoluta.
Al día siguiente, tranquilamente, recogemos el improvisado campamento y nos dirigimos hasta lo que los ranger denominan campamento intermedio, situado a 3.330 metros de altura, donde montaremos las tiendas y estaremos 3 noches, mientras vamos haciendo los porteos al Campo base o Medical Camp, que dicen los ranger.
Según sales del Campo Intermedio, se ve una larga cuesta, muy inclinada en la visual, que luego comprobamos que es más llevadera.
A una altura de 4.050 metros se encuentra el windy corner, y la verdad es que hace honor a su nombre.
Vientos del oeste y del este van a encontrarse en este lugar y la verdad es que es un autentico suplicio pasar este punto, con todo el cuerpo protegido y aun así notas la presencia del viento.
Luego tras un giro hacia la izquierda se encara una ultima pala, suave, pero larga, cruzando una zona de grietas y se llega al campo Base oficial o Medical Camp.
Estamos a 4.300 metros de altura, el emplazamiento es un plató enorme, y todas las tiendas están protegidas por altos muros de hielo, sino el viento y las fuertes nevadas, acabarían con este emplazamiento.
Jon, lógicamente duerme con Joanna y Yo con Carlos.
Ambos nos compenetramos muy bien y nos ayudamos mutuamente,
Carlos es un buen compañero de expedición.
Tras reposar 2 días para seguir aclimatando, nos decidimos a montar el Campo I.
Salimos, vamos en equipos de 2, salvo Carlos y Yo, que aunamos a Jon, Joanna se quedara en el Medical Camp.
Lo primero es superar una larguisima pala de unos 55º de inclinación, de hielo muy duro, denominada por los americanos como “The headwell” que hay que escalar siguiendo una cuerda fija, por la que progresamos gracias a los jumars, y que después de unas 2 horas te deposita en un pequeño collado.
Desde este punto y girando a nuestra derecha, según se sube, hay que subir por una arista preciosa, con casi un kilómetro de “patio”, muchas veces cabalgando sobre negros bloques de granito que tras otras dos horas nos deja en el campo I ó High Camp.
El Campo I, esta a 5.200 metros, hay una tienda de campaña de un ranger, que se ocupa de comprobar que la gente que asciende esta montaña esta en buenas condiciones, también te facilita el parte meteorológico.
Seguimos las pautas normales de subir, montar, bajar, descansar, para volver a subir, dormir…
Por fin, después de una buena aclimatación, nos encontramos Carlos, Jon y Yo en la tienda de Campo I, mañana atacaremos al cima.
Hemos dormido bien, y después de desayunar salimos hacia cima.
Hace mucho frió, tanto es así que antes de llegar al Denaly Pass a 5.550 metros no siento el pie derecho, que es desde donde nos estaba golpeando el viento.
Me asusto y decido bajarme.
Ese mismo día mis compañeros hicieron cima, bajaron al campo I, donde yo les esperaba con liquido y para ellos se acabo esta montaña.
No me doy por vencido y junto con Manu Joubert, una semana mas tarde y desde este mismo Campo I, lanzamos un ataque a cima.
Salimos 60 montañeros de todo el mundo.
Hace mucho frió y viento, el parte meteorológico, dice que no se espera buen tiempo, solo una ligera mejoría para el día de hoy y solo de unas pocas horas.
Llevamos 8 días de mal tiempo, encerrados en la tienda de campaña, nuestra pequeña prisión.
Llegamos al Denaly Pass, hay muchos montañeros parados, discutiendo si seguir o no, por fin 2 guías americanos que guían a clientes, deciden darse la vuelta, pero a Manu y a mi, se nos acaban los días, decidimos seguir a cima junto con otros 7 alpinistas.
Del Denaly Pass, se gira a derecha para encarar unas suaves pendientes, además protegidas por una arista de roca que hacen mas llevadero este tramo de la ascensión, la temperatura, según mi termómetro es de 37º bajo cero, llevo puestos calienta manos y calientapiés químicos, y subo muy a gusto.
El hielo esta muy duro, muy venteado, pero es un tramo fácil, a 5.950 metros se gira a Izquierda, en el paso conocido como Archdeacon´s Tower, y es hay donde por primera vez, se ve con nitidez la cima del Mckinley.
En 20 minutos se llega al “Campo de Fútbol”, un inmenso plató donde paramos a beber y comer algo.
Descubro con asombro que el líquido de mi cantimplora esta congelado, llevo 4 horas andando sin beber nada y a Manu se le ha acabado su líquido, tengo mucha sed.
Iniciamos la ultima pala, de unos 40º de inclinación que en solo 20 minutos nos deposita al inicio de una preciosa y aérea arista, con 2.000 metros de caída hacia la derecha y que pasito a pasito, nos va acercando hacia la cima.
A las 22 horas 45 minutos de la “noche” aunque aquí por la latitud es de día, me abrazo a Manu.

Estamos en la cima, a 6.194 metros de altura, el frió es tal que las baterías de la cámara de fotos solo dura unos minutos, eso si, los justos para inmortalizar este precioso momento. Estoy muy contento.